Los caminos públicos de la Comunidad de Madrid siguen sufriendo la falta de una correcta gestión y protección por parte de sus titulares. Esta situación provoca la pérdida y alteración de vías pecuarias y caminos públicos; que continúen los cierres ilegales; así como los robos de longitud y superficie por parte de los particulares.

 Hilario Villavilla Asenjo. Ecologistas en Acción Madrid

L a Comunidad de Madrid posee un extenso sistema de caminos de uso y servicio público, que conforma un patrimonio de dominio público que da soporte a actividades productivas de base territorial (ganadería, agricultura, aprovechamientos forestales y del agua), comunicaciones rurales, acceso al medio natural y, algunos de ellos (vías pecuarias bien conservadas), prestan servicios ambientales estratégicos. Por su extensión destacan dos tipologías: vías pecuarias y caminos públicos de titularidad municipal.

Vías pecuarias

Respecto a la primera en 2015 se cumplen 30 años de su transferencia a la comunidad madrileña; 20 años de la aprobación de la ley básica estatal que las regula (3/95, de 23 de marzo); y 16 años de la aprobación de la ley de vías pecuarias autonómica (8/1998, de 15 de junio). Muchos cumpleaños, mucho tiempo transcurrido, pero ¿qué ha ocurrido en este tiempo?

En primer lugar la Comunidad de Madrid reconoce que de los 4.200 km de vías pecuarias que llegamos a tener hemos perdido 1.600 km (38%) (D. Luis Blázquez –PP-.04/06/1998). A sus gestores les da igual, siguen empecinados en hablar de 4.200 km, pese a que habiendo clasificado el 100% de las mismas la cifra que les sale es de 4.097 km; los deslindes ascienden a 1.250 km (30,52%) y los amojonamientos a 755 km (18,44%). En 30 años los gobiernos regionales han sido incapaces de deslindar, al menos, un 50% de kilómetros de vías pecuarias. Extremadura, con 7.200 km de estos caminos, y menos dinero que Madrid, ha clasificado el 100%, deslindado el 57% (4.096 km) y amojonado el 26% (1.860 km).

De los kilómetros de vías pecuarias que tenemos más o menos operativos, la autoridad en esta materia ha ido dando cientos de concesiones en estos 30 años. Las entrañas, el suelo y el vuelo de las vías pecuarias están muy alterados al ubicar (dicen que temporalmente): ductos (de gas o petróleo), tendidos eléctricos y telefónicos, aducciones de agua, colectores de evacuación de aguas residuales, etc.

La Comunidad de Madrid no se atreve a dar cifras de lo que suponen esas alteraciones, a las que hay que sumar el robo de superficie de vías pecuarias por los colindantes; el cierre ilegal de vías pecuarias por:

1.- ubicación de actividades económicas ilegales (gravera en cordel de Los Manchegos –Ciempozuelos-);

2.- cierre del abrevadero y descansadero de Peñalva, la vereda de Peñalva, el cordel de los Manchegos y el camino rural de la Chopera, que impiden el paso de un ganadero de Ciempozuelos con sus 500 ovejas, al construirse una instalación para el desarrollo de actividades “clave” para En Portada Madrid Ecologista, nº 29 , Primavera 2015 la ganadería como la “Copa de España 2014 de acoso y derribo por equipos (20-21/09/2014)”;

3.- cierre ilegal del cordel Segoviano en la finca Romanillos (duque de Berwick –En octubre de 2014 la autoridad ambiental acordó el inicio del proce-dimiento de deslinde del cordel en el municipio de Majadahonda-); etc. Andalucía, en 2001, sí se atrevió, advirtiendo que de los 24.987 km de vías pecuarias de esta CC.AA que son recuperables el 76% se encuentra con diverso grado de ocupación. ¿Y en la Comunidad de Madrid, cual es el porcentaje, teniendo en cuenta que tan solo tiene 8.000 km2 de extensión, y un desquiciado crecimiento urbano e infraestructural?

En Ecologistas en Acción hemos recopilado las resoluciones oficiales de información pública de las ocupaciones “temporales” entre mayo y diciembre de 2014. Resultado: 25 solicitudes (3,12 por mes); 22 públicas y 3 privadas; 5 de ellas gasistas, 6 eléctricas, 12 vinculadas al agua y 2 a la telefonía.

Tampoco podían faltar los desaguisados normativos, como el operado en la Ley 6/2013 de 23 de diciembre (Medidas Fiscales y Administrativas), que modifica el artículo 38 de la Ley de vías pecuarias madrileña que hasta ese momento autorizaba ocupaciones por interés público o utilidad general. A partir de dicha fecha también por intereses particulares.

Además, la Comunidad de Madrid tiene la deshonra de haber sido el único territorio del Estado en desafectar una vía pecuaria que forma parte de la Red Nacional de Vías Pecuarias (art. 18 Ley 3/95, de 23/03 de Vías Pecuarias). Sí, 14,5 km de la histórica Cañada Real Galiana (entre San Fernando de Henares-Coslada y el valle del río Manzanares -municipio de Getafe-), han dejado de ser vía pecuaria (Ley 2/2011, de 14 de marzo, de la Cañada Real Galiana). Sobre ese terreno se va a consolidar uno de los mayores guetos de población, sobre todo inmigrante, que existen en Europa. Seres humanos necesitados de vivienda, trabajo, educación, sanidad y, sobre todo, integración con el resto de la población, y no segregación, alejamiento y expulsión del área central de la metrópoli madrileña.

Para rematar la faena la participación pública en la Sección de Vías Pecuarias del Consejo de Medio Ambiente de la Comunidad, se obstaculiza por parte de la Consejería de Medio Ambeinte y Ordenación del Territorio. El ente de participación en esta materia se reúne de uvas a peras: 29/07/2010, penúltima reunión, y 14/02/2014, última reunión realizada.

Caminos públicos municipales

Por lo que respecta a los caminos de dominio público de los 179 municipios de la Comunidad, la práctica totalidad de las municipalidades ni siquiera saben los kilómetros que poseen. ¿Por qué?, pues porque muy pocos son los ayuntamientos que han elaborado el Inventario de Caminos y Servidumbres públicas de su municipio; son menos aún los ayuntamientos que los han deslindado; muchos menos los que los han inscrito en el Registro de la Propiedad; y, contados con los dedos de la mano, los que han elaborado una Ordenanza Reguladora de Caminos y Servidumbres Públicas.

Ni siquiera la Dirección General de Cooperación con la Administración Local de la Comunidad, ha sido capaz de articular un plan (pedido por Ecologistas en Acción en octubre de 2007), que ayude a los municipios a desarrollar las anteriores herramientas. Esta situación está provocando que propietarios de todo pelaje se dediquen a cerrar caminos públicos en Robledo de Chavela; en Paracuellos de Jarama (camino de Belvis a Ajalvir y de Cobeña a Barajas); o en la Alcarria madrileña, en donde tenemos dos casos, siendo el más llamativo el de Belmonte de Tajo (Camino del Horcajo).

En Belmonte de Tajo el municipio posee un terreno forestal enclavado en la finca privada El Horcajo, al cual la población accede por caminos públicos municipales. El camino público de El Horcajo ha sido cerrado por el dueño de los dulces “Miguelañez”, y lo ha hecho desaparecer en otro tramo, situación que está amargando la vida a los vecinos. Esta situación cuenta con la connivencia del Ayuntamiento y la dejación de funciones de la Guardia Civil, pues no piensa actuar hasta que “se pronuncien los jueces” ¿Y si ocurre una desgracia con las decenas de perros agresivos, por cierto, sueltos algunos de ellos por las tardes-noches para amedrentar a la población que usa los caminos?

Defensa del patrimonio caminero

Pero no todo está perdido:

1.- Decisiones judiciales esperanzadoras. Como el caso de la finca Romanillos (municipios de Boadilla del Monte y Majadahonda) cuyo propietario, el duque de Berwick (primo de la duquesa de Alba), cerró en marzo de 2014 caminos públicos de titularidad municipal (de Romanillos a Brunete; de la Vega; de Romanillos a Villanueva de la Cañada; del Huerto; y de Madrid a Romanillos). Las denuncias del Ayuntamiento de Boadilla del Monte y de la asociación Amigos de los Caminos de Majadahonda han posibilitado que el juzgado de Instrucción nº 1 de Majadahonda haya ordenado (octubre 2014), la apertura de estos caminos públicos.

2.- Y actuaciones como las llevadas a cabo por Ecologistas en Acción, en colaboración con otros colectivos que han permitido abrir itinerarios de decenas de kilómetros, que posibilitan la comunicación de la metrópoli madrileña con el medio rural-natural, y de paso evitar el cierre de caminos públicos: GR-124, Senda de las Merinas y el futuro corredor verde Villaviciosa de Odón-Casa de Campo, son una muestra de ello